31 de diciembre de 2008

Recuento de vuelos inspirados

En el último día del año me puse a revisar lo que escribí durante el 2008 y me pareció un saludable ejercicio listar los vuelos que, según yo (y nadie más que yo), realicé con un alto grado de inspiración (aunque esto no quiera decir que el producto final haya sido una maravilla).

Diecisiete de cincuenta y tres entradas fueron las seleccionadas. Cabe aclarar que son las que más me han gustado al leerlas en retrospectiva (quizás por eso escogí casi todas las de diciembre), no he considerado el número o tipo de comentarios, ni alguna estadística de visitas, sólo mi gusto personal. En orden de fecha de publicación:

  1. Julio y la obsidiana (30 de enero)
  2. Preludio a un fuego endémico (2 de febrero)
  3. ¿No te ha pasado? (6 de febrero)
  4. ¿No te ha pasado? Un vuelo al Circo del Sol (1 de marzo)
  5. En este juego inédito (12 de marzo)
  6. Un extraño personaje que lo cambia todo (17 de abril)
  7. Rita en la silla plástica (26 de abril, y sus secuelas hasta la 4)
  8. Huye (5 de junio)
  9. Quiero hablar más (14 de junio)
  10. Sólo se transforman (15 de julio)
  11. Onírico (11 de agosto)
  12. A quién (20 de septiembre)
  13. Dígame usted ¿por qué no comenta? (3 de diciembre)
  14. Nos hemos dado un tiempo (10 de diciembre)
  15. Pónme la luna a cuestas (23 de diciembre)
  16. Navidad (27 de diciembre)
  17. Hay noches (28 de diciembre)

Y releyendo puedo concluir, a poco más de 12 horas de iniciar un nuevo vuelo alrededor del sol, que 2008 fue genial, lleno de experiencias que me llevaron de lo sublime a lo ridículo y del éxtasis a la depresión, saturado de vida, impregnado de diversidad y universidad, enriquecido con metas cumplidas y amilanado con las que no quise cumplir, inyectado de desafíos, amores, decisiones, reencuentros y encuentros nuevos.

Gracias a cada persona que aportó algo a mi vida en estos doce meses, a los compañeros de trabajo que ya son amigos, a los amigos siempre cercanos y dispuestos, a los amigos que están lejos, a los conocidos cuya opinión me es incierta, a mi familia que me llena de certeza, a ti que me has leído, a ti que me has besado, a quien me la mentó desde su vehículo, a quien me prestó un servicio, a quien me permitió servirle, a la comunidad del software libre (que incluye muchos de los dos anteriores)... Gracias por llenar el 2008 y mis deseos más sinceros de que en 2009 nos permitamos vivir mejor y más intensamente.

Dejo un abrazo global y un beso muy particular.