14 de noviembre de 2014

Gracias a nuestra gente y a nuestras visitas

Imagen de laaficion.milenio.com

A nuestra gente veracruzana, a nuestros compatriotas que desde hace años están colaborando con ilusión genuina para que este encuentro deportivo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe se lleve a cabo este 2014, gracias.

Gracias porque con su entrega, en muchos casos voluntaria, se pueden ver contrastes entre la ineptitud de quienes dicen representarnos y el talento de quienes dan lo mejor de sí día con día en sus entrenamientos, en sus ensayos, en las construcciones, en las recepciones y en cada una de las actividades que han sido necesarias para poner en alto la hospitalidad de Veracruz, remando en contra de las condiciones impuestas por quienes nos gobiernan.

Que todas esas luces, efectos especiales y la excelencia artística puesta en escena durante la inauguración de estos Juegos sirva principalmente como proyección de las ilusiones genuinas de quienes cultivan nuestra identidad mexicana y veracruzana, así como de quienes cultivan el deporte como el medio para alcanzar vidas sanas en toda la amplitud del concepto.

Que no sirva ese magnífico espectáculo para deslumbrarnos y olvidar que millones de mexicanos viven en condiciones de pobreza extrema, que miles de niñas representadas hoy en una llamada Arantza son utilizadas para pedir dinero en los cruceros de nuestras calles, que miles de hermanas y hermanos centroamericanos que atraviesan Veracruz sobre La Bestia, pierden la vida o sus sueños en manos de autoridades corruptas, que en nuestro país los responsables de brindar seguridad secuestran y asesinan a jóvenes estudiantes... Si permitimos que el espectáculo nos hipnotice de esa manera, entonces, fuera de toda broma, no somos en nada diferentes a lo que observamos en "Los Juegos del Hambre".

Yo quiero disfrutar de las justas deportivas, quiero emocionarme y vibrar con los éxitos de los atletas, quiero que sean ejemplo para todos nosotros de que podemos ser mejores cada día si reconocemos que en el fondo la competencia es siempre contra nuestras propias limitaciones... Y también quiero que algún día eso sea posible sin que debamos escuchar esa voz interior casi amordazada e intimidada entre tanto ruido y tantas luces, que grita por justicia y paz de verdad, que está harta de discursos.

De verdad deseo que los Juegos sean inspiradores, que los disfrutemos todos y que nuestras visitas experimenten lo mejor de nuestra tierra, incluyendo por supuesto, nuestra capacidad para lograr y expresar lo mejor de nosotros a pesar de las limitaciones que nos imponen nuestros políticos.

Gracias a nuestra gente y a nuestras visitas por esta oportunidad.

Crónica de una VERgüenza anunciada



Solo los veracruzanos entenderán totalmente esta entrada con una recopilación de noticias en torno a los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014 con sede en Veracruz, en un contexto caótico para todo México en términos de corrupción en altos niveles políticos, desaparición de estudiantes, asesinato y acoso político a periodistas, entre otras situaciones negativas en las que siempre es protagonista el Estado mexicano, con todos los partidos que dicen representarnos...
Los veracruzanos "de a pie" deseamos que los Juegos Centroamericanos y del Caribe sean una verdadera fiesta deportiva, queremos que nuestros visitantes disfruten su estancia, queremos que conozcan nuestra calidez, nuestra grastronomía, nuestras tradiciones, nuestras costumbres y las mil y un formas en que sabemos divertirnos. Por favor, no nos juzguen por las acciones e inacciones de nuestros gobernantes.

Honestamente espero equivocarme, pero lamentablemente parece que seguiremos informando... 

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Como decía, estaré actualizando esta misma entrada con las noticias sobre las consecuencias de lo que los veracruzanos estuvimos percibiendo y denunciando como una incorrecta organización de este importante evento:

14 de noviembre de 2014:

10 de noviembre de 2014

Autoridades sin autoridad

Esta es una de esas entradas de catarsis, así que me disculpo por anticipado por el poco cuidado que pondré en la redacción y en los detalles...

Llevo toda mi vida escuchando y presenciando cómo las autoridades en México usan los cargos públicos para beneficio personal, los desempeñan dejando mucho qué desear, en el mejor de los casos por "practicidad", en el punto intermedio por ineptitud y en el peor de los casos por egoísmo que se traduce en descarada corrupción.

Año con año la situación se ha agudizado: gobernantes, legisladores y funcionarios públicos en general de todas las fracciones políticas son constantemente exhibidos en actos de ineptitud y corrupción de gran magnitud sin consecuencias, cuando raramente las hay, medianamente proporcionales al daño que ocasionan. En los últimos meses, la tendencia ha sido la represión en una gran variedad de situaciones y modalidades: balas de goma asesinas disparadas por policías, periodistas desaparecidos o encarcelados injustamente, ejecuciones ilegales por parte de elementos del ejército, desapariciones de jóvenes a manos de la policía y de gobiernos vinculados con el crimen organizado...

Enterarme de esos gigantescos crímenes que no solo quedan impunes sino que parecen ser premiados entre la clase política me deprime, me harta, hace que se me revuelvan las tripas a la menor provocación, como hoy:

Venía conduciendo con mi familia e hicimos alto ante la luz roja del semáforo que está frente al Ilustre Instituto Veracruzano (Boca del Río, Veracruz), un automóvil particular Tsuru color gris nos rebasó por la derecha y estuvo a punto de provocar un accidente al intentar pasarse la luz roja sino es porque el conductor que venía en la calle con la luz verde sonó su claxon varias veces logrando que el imprudente se detuviera... En cuanto el auto que llevaba la luz verde pasó, el Tsuru continuó con su imprudencia pasándose el alto para detenerse unos metros adelante... En las oficinas de Tránsito, bajando de dicho automóvil particular dos agentes de Tránsito uniformados...

Fue un impulso, no me pude aguantar las ganas de bajar la ventanilla, orillarme, pasar despacio y gritarles ¡pongan el ejemplo! ante la expresión atónita de mi familia. Sé que no fue la gran cosa, que como está la situación desde una perspectiva individualista de seguridad, estuvo mal, tan mal como está el que escriba esto y lo publique; pero es que no puedo evitar reaccionar ante la idea de que si seguimos callándonos ante esos "pequeños" actos de ineptitud o corrupción, seguiremos padeciendo esta aparente competencia por ver cuál funcionario es el más tonto, represor, manipulador de la ley o abusador del poder.

Lo peor es que sé que me quedé a medias, que debí detenerme, pedir los nombres de los agentes de Tránsito, tomar las placas del auto y denunciar la situación. Pero en ese momento pasan por la mente la hora para llegar temprano a la escuela y al trabajo y sí, el temor a ser víctima de la represión que distingue a nuestras autoridades.

Es por esto que en México le tenemos más miedo a la policía que a los rateros, aborrecemos más a los políticos que a los presos en las cárceles (en donde por cierto casi no hay políticos), es por esto que en nuestro país, las autoridades no tienen autoridad.