Un corazón en rebanadas trae consigo muchas ventajas, se puede repartir cada una y saber exactamente cuántas quedan disponibles. Es posible quedarse con la más grande o regalarla a alguien muy especial; lo importante es que un corazón en rebanadas siempre permitirá un mejor posicionamiento y una mayor diversidad de emociones que uno entero.
Pero el corazón no puede rebanarse, cada vez que lo intento es más bien como rasurar los sentimientos para que unas horas después vuelvan a brotar impetuosos e irreverentes, dolorosos como lijas frotadas con violencia en las mejillas.
Un corazón completo es lo que todo mundo pide, nadie quiere un corazón en rebanadas a pesar de sus ventajas... ¿Será porque no las observan o porque simplemente se trata de algo "imposible"?