Trata de no pensar en un gato blanco.
Ahora haz todo lo posible por no imaginar una jirafa sin manchas.
Si vas seguir este experimento está prohibido rascarse la axila, aunque en este momento te esté dando comezón, o simplemente desees llevar la contraria, no lo hagas.
No recuerdes en este momento el color del café con leche.
Olvídate por completo del sonido del viento.
No vayas a imaginar un día soleado a la orilla de la playa.
¿Podrías impedir que llegue a tu mente la imagen de un letrero rojo con letras blancas?
¿Has visto una llanta ponchada? No pienses ni un segundo en ello a partir de este momento.
Favor de sacar sus propias conclusiones.
Gracias.