26 de marzo de 2013

Despertar a media noche

Todo inicia con algunas vueltas sobre uno mismo, ciertos sueños intermitentes de lo más extraños, de lo más reveladores y de lo más difíciles de recordar en cuanto se adquiere conciencia, luego de que la sed y los dolores de estómago obligan a levantarse, beber agua como si se descubriera un oasis y pasar unos minutos como el rey de los mosaicos con un cetro de papel higiénico.

El retorno a la cama es casi heroico, se siente como si hubieran pasado meses de no estar ahí. Un hermoso cuerpo tibio recibe entre sueños y preguntas balbuceadas a lo que queda de uno, se administran de nuevo los espacios, se intenta recuperar el ritmo respiratorio y se hace memoria hasta caer en la cuenta de que reconstruir un sueño interrumpido a las 3 de la mañana es imposible, solo queda escribir una entrada en el blog como esperando cifrar un mensaje subliminal que permita volver a dormir, hasta la mañana que se aproxima.