17 de septiembre de 2010

Locuras en medio de huracanes

Llegó Karl a Veracruz y tuve oportunidad de refugiarme en casa. Sin energía eléctrica y con varias emociones licuándose en mi interior, una impetuosa necesidad de activarme me llevó a realizar una pequeña imprudencia que terminó bien y me ayudó a liberar muchas frustraciones.

Desde que me mudé a mi casa actual no pude dejar el refrigerador en el lugar apropiado debido a que en el espacio que lo quería había una repisa empotrada, luego dejé pasar un año y dos meses hasta hoy para aprovechar a que el aparato se descompusiera y lo tuviera que vaciar a la espera de que lo vengan a reparar la siguiente semana. Quité la repisa y procedí al cambio que se dificultaba porque la puerta no es suficientemente ancha para dejar pasar al frío electrodoméstico. Estando solo, esto fue lo que tuve que hacer:

0. Tomar todas las precauciones como quitar muebles y objetos que pudieran estorbar, así como amarrarme fuertemente una sábana alrededor del abdomen para evitar una hernia ya que el refri pesa como 100 kilos aproximadamente


1. Subir el refri a la barra:
Nótese mi profesional punto de apoyo, casi nunca plancho, pero ya sirvió para algo xD
2. Bajar el refri del otro lado, lo cual fue lo más difícil porque el lavabo estorbaba y temía quedar prensado:
Aquí el punto de apoyo tuvo que ser usado de forma distinta
3. Acomodar el aparato en su nuevo lugar:
Esto fue lo más sencillo obviamente
Nada mal para un tipo que pesa 65 kilogramos, es profesional de las humanidades (no ingeniero pues) y estuvo solo como la luna durante el huracán Karl.

Confieso que fue bastante "terapéutico" y liberador este ejercicio, aunque sugiero que "no lo intenten en casa sin la supervisión de un adulto" xD


Dame un punto de apoyo y moveré el mundo (Arquímedes)