El cansancio es directamente proporcional a la falta de inspiración... Y eso que los tiempos no están como para quedarse callado, hay tanto qué decir y tantos medios para hacerlo, que es fácil sentirse abrumado.
Por otro lado, el dichoso Twitter se roba, como en operación hormiga, los fragmentos que quizás compondrían una entrada relativamente decente en este blog y que se quedan como trinos efímeros... A esto de las redes sociales se le invierte mucho tiempo, apenas y puedo con Facebook, Last.fm, Scribus, EQUALA, Campus-Virtual, Yahoo Groups, Barrapunto y la blogósfera.
Y acerca de los correos electrónicos personales, escribir o contestar uno se ha convertido en una operación destinada a los fines de semana sólo para personas muy, muy especiales... Como en su momento llegó a ocurrir con la correspondencia de bolígrafo y papel.
Estamos experimentando cambios cuantitativos y cualitativos en la forma de comunicarnos, ahora cualquiera puede decir algo muy breve y banal a mucha gente con una sola emisión e, irónicamente, puede intentar decir muchas cosas muy profundas expuestas a todo el mundo sin que nadie les preste atención.
Nos vamos convirtiendo en un ejército dedicado a alimentar el ciberespacio al tiempo que nos alimentamos de él, nos perdemos en esta red infinita creada para encontrarnos, nos encontramos y nos damos cuenta de que en realidad seguimos buscándonos, porque la búsqueda es un pilar de la vida humana, de la vida en general.
Todo sea para bien... ¿O no?