Esta entrada viene de un comentario que hice a la publicación de un buen amigo en su biografía de Facebook. Lo reescribo y complemento como un vuelo al que todos están invitados:
No soy "pejista" ni le mato un pollo al señor (Peje), es más, suele desesperarme. La mayoría de los que votaremos por su proyecto vemos más allá del dedo que señala la luna, porque detrás del candidato como individuo, hay un proyecto ciudadano respaldado por una buena cantidad y calidad de intelectuales y un gabinete con la capacidad de operar las propuestas cuyos "cómos" sí están descritos en el documento "Proyecto Alternativo de Nación", disponible para todos en línea y desde diversas fuentes (enlazo el sitio que ofrece la descarga oficial en PDF).
Claro que podemos quedarnos sentados, como los anulistas, esperando a que llegue el "candidato perfecto" para México: que tuvo 10 toda su vida, que le cae bien a todos, que nunca le sacó la lengua a nadie en el jardín de niños, que no tiene ningún conocido o compañero que ha cometido actos reprobables, que posee una dicción perfecta, que es atractivo, inteligente, amable pero no meloso y que por nada del mundo le apestan los pies o el sobaco...
¿Tenemos nosotros mismos todas esas cualidades juntas? ¿Conocemos a alguien que las tenga? Por eso yo no voto por la persona, voto por el proyecto y la plataforma social que le respalda.
"Votar por el individuo" es una trampa para la democracia, porque ésta no se construye con individualidades, se forja en lo social. Nuestros representantes no deberían ser más que comisionados para poner en marcha las propuestas que emergen de los sectores sociales a través de equipos especializados que consultan a la gente.
¿Que el individuo es importante? Por supuesto, pero de ninguna manera es más importante que la plataforma que lo respalda y la razón es muy sencilla: Una plataforma política presenta un marco de acción, antecedentes, propuestas y compromisos que rebasan al individuo (en edad, duración e impacto), esto mismo hace que los ciudadanos tengamos un referente de exigencia que no cambia dependiendo de la personalidad de los representantes, los criterios de evaluación son los mismos independientemente de quién está al frente.
Lo anterior debería ir de la mano con la posibilidad de sustituir a los representantes que no están cumpliendo con los compromisos de su plataforma política, toda vez que dichas promesas hechas responsabilidad social, y no sólo las cualidades individuales del político, fueron la razón de que se le eligiera. En 2012, sólo hay una opción política que tiene el compromiso de someterse a la evaluación bianual de su trabajo y a que se revoque el mandato de sus representantes en caso de resultados negativos.
Mi opción política en 2012 no es Andrés Manuel López Obrador, es el Movimiento de Regeneración Nacional que representa, integrado por intelectuales, apoyado por ciudadanos y propuesto desde una perspectiva de equidad, diversidad y nuevas oportunidades. Y no, no es la opción "perfecta", pero es menos imperfecta que anular mi oportunidad de solicitar que se hagan (que hagamos) varias de las cosas que considero importantes para mi país, mis amigos y mi familia; es menos imperfecta que las opciones que han demostrado su lejanía y desprecio hacia nosotros los ciudadanos.
¿Que "México necesita cambiar"? Sí. ¿Que hace falta "votar diferente"? Sí. Por eso, mi voto está con el Movimiento de Regeneración Nacional.