9 de agosto de 2009

Para escribir...

Julio fue un mes complicado, el inicio de agosto se pinta de gris y forma un nudo en mi pecho. En mi camino se interpone una encrucijada que a veces me invita a dar marcha atrás.

Cada vez que vivo un momento así, entiendo mejor por qué dicen que la libertad se siente al principio como estar cayendo en un profundo abismo. Me preocupa que me sucedan estas cosas a mi edad.

Podría escribir sobre el viaje a Cuba, debería hacerlo porque esos diez días me trajeron hasta este punto, me alejaron del rumbo que iba recorriendo, me cuestionaron y me mostraron lo poco que he crecido y lo solo que me siento cuando estoy conmigo mismo. Esos días también fueron de trabajo, pero en medio de una realidad tan distinta y con fines tan diferentes a los que estoy acostumbrado, que lo disfruté aunque me costara algunos kilogramos menos.

Me reencontré con gente que irradia espiritualidad y sabiduría (si, en medio de la Revolución), me enfrenté a un dilema, al mismo de siempre, me traje el compromiso de darme el tiempo y espacio para reecontrarme a mí, porque de otra forma el sueño de encontrarme con alguien más se quedará en eso, un sueño irrealizable debido a lo inconsciente que soy de mi existencia.

Podría escribir sobre economía y política, alimentar los viejos "grandes" debates que al final de cuentas olvidan los micromundos de amor, hambre, esperanza y cotidianidad que existen entre las consecuencias de decisiones tomadas por unos cuántos que gobiernan a través de dictaduras, democracias, monarquías u oligarquías.

Podría escribir sobre la familia, sobre el amor, la pareja, el futuro y la pasión; sobre la alegría y la tristeza, el compromiso y la doble moral, el escándalo y la seguridad de una vida conforme a las reglas; sobre Dios y la Revolución como si fueran antónimos o sinónimos, sobre la falacia del sincretismo o acerca de la metáfora de Isla en la que vivimos en medio de una era bautizada con la etiqueta de comunicación.

Podría escribir mucho, pero para escribir necesito de mí y no me encuentro.


Para tomarlo con un poco de humor: "Me busco pero no me encuentro" (en el blog de Sra. Pelo)
es curioso que lo leyera justo después de escribir esto, chistoso pero cierto.