20 de febrero de 2009

Explicar lo que no existe: Crisis 1

En una galaxia lejana, en un planeta muy peculiar lleno de agua que se vertía en ríos hacia mares profundos, turquesas y oscuros; saturado de plantas con tamaños, colores y aromas diversos; animado por especies de peludos, calvos, vertebrados, moluscos, voladores, rastreros, cuadrúpedos, bípedos, gigantes, microscópicos seres que se reproducían, se desarrollaban, morían y daban paso a nuevas generaciones evolucionadas de ellos mismos; ahí, había surgido una especie de seres con la peculiar característica de pensar y concebir el pensamiento de ser el centro de todo lo que les rodeaba, de todos los animales, las plantas, las aguas, los planetas y las galaxias.

Pobres seres que vivieron miles de años inventando nuevos mundos para conquistarlos, cuando su mundo y su universo entero era solo uno; desdichados grupos de millones de esa especie confundida que se aniquiló a sí misma arrebatándose la tierra, el agua y la comida que era para todos, por pensar que era de alguien.

Cierto es que aquella especie poseía su belleza, contaba espléndidos ejemplares que inventaron su propia música y poesía, que bailaron, rieron y descubrieron los horizontes más lejanos y las cuevas profundas de su exterior y su interior. Formidables individuos que, siendo virtuosos, conocieron horrorizados las vergonzantes carencias, miserias y bajezas de su especie y pagaron con desprecio y hasta la propia muerte la osadía de mostrárselas, como advertencia, a sus iguales.

En aquél lugar, las cosas ya estaban organizadas para satisfacer a una minoría que se aprovechaba de la suerte inicial de sus ancestros. En aquél lugar, la historia la escribían los traidores, los corruptos y los hijos de aquellos. Cierto era, que pocas veces había alguien diferente que tuviera la disposición y valentía para redactar con su propia sangre algunas crónicas a favor de los pequeños y desvalidos... Cuando esto sucedía, renacía la esperanza.

Aquella legendaria especie inventó, como nosotros, el término "progreso" para hacer referencia a la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida... Y en el nombre de esa invención, algunos mejoraron mucho, a costa de la desgracia de sus iguales que vivían en otros hemisferios del planeta o que morían intentando cruzar una línea imaginaria que dividía el territorio de quienes tenían derecho a vivir dígnamente y quienes no, a costa también de la aniquilación de todo lo que en el planeta era bello y que, según algunos, debía morir en beneficio de lo útil.

Inventaron también algo muy semejante al dinero, una cosa que comenzó siendo de metal, luego también fue papel y después fue una esencia intangible que viajaba a la velocidad de la luz según la disposición de quienes lo "poseían" y utilizaban. Su función era representar e intercambiar alimento, tierra, agua, poder y hasta amor, por lo que, siendo algo tan "práctico", se convirtió en objeto de codicia, en algo aparentemente más necesario que el agua y el alimento, más necesario que la belleza y más importante que la salud y la vida misma.

Aquella invención tan parecida a nuestro dinero, que era motivo de guerras y traiciones, era también una herramienta con la que se dividían los territorios y, aquellos que vivían de la suerte y la tiranía de sus ancestros, sin vergüenza alguna, decidían cuáles monedas valían más y cuáles menos según sus conveniencias.