19 de marzo de 2008

Esparcimiento profundo

- Me voy de vacaciones.
- ¿A dónde?
- A Cancún.
- ¿Seguro? ¿No es muy caro?
- Conseguí hospedaje en casa de una amiga y su pareja, me recibirán con gusto.
- ¿No tienes algunas cosas pendientes por hacer?
- No tantas y pueden esperar un poco... Yo he esperado más de 10 años para tomarme un tiempo como éste.
- Supongo que te llevarás tu laptop por cualquier cosa...
- No, la dejo.
- ¡Cómo! Podrías necesitarla.
- Me las arreglaré.
- ¿Dejarás de hacer lo que has hecho siempre en esta temporada?
- Sí... ¿Por qué?
- No... Por nada... Disfruta tus vacaciones.
- Eso pretendo.
- ¿Y no vas a escribir en tu blog? ¿Quién va a cuidar de Postit?
- Escribiré al regresar, Postit se hospedará en casa de una persona de mucha confianza.
- Es Semana Santa...
- Pues este año mi retiro será diferente, Dios lo entenderá y me acompañará.
- ¿No dejas nada pendiente? ¿Seguro?
- Ya no importa, me voy... ¡Y de verdad lo disfrutaré!

Leo deja de conversar con su espejo, suelta su lastre, comienza a flotar y flotando hace su maleta... Unas horas más tarde estará emprendiendo el vuelo que lo llevará muy lejos de la rutina, con la esperanza de renovar el aire en sus pulmones, de traer nuevas ideas, nuevos ímpetus, determinaciones enriquecidas, mirada animada, espalda relajada, piel colorida, sonrisa natural...

Pero decide dejar una pista en el ciberespacio, un adiós temporal, más bien breve... Un abrazo a sus amistades y a las víctimas lectoras de sus locuras; un guiño y un beso para quien corresponda.

Que el equipaje no lastre tus alas (Sabina)
Título alternativo: ¿No te ha pasado? Capítulo 3