Un diálogo interno (que también podría ser el diálogo de muchas personas consigo mismas):
A veces, cuando intentas volar, la gente se ríe, te cansas y te preguntas si quedarte sentado no sería mejor... A veces piensas en desistir, a veces hasta deseas disfrutar del espacio de confort que los hombres grises han creado para ti y estás casi dispuesto a colaborar con ellos. A veces ese mundo virtual en el que vives no te deja despegar... Pero siempre la pregunta es la misma y siempre provoca la misma ansiedad y el mismo anhelo de volar... Cuando llegan indicios de la respuesta, es cuando tu vida da un vuelco y te haces capaz de aletear... Cuando te unes al aleteo de otros, tomas valor e ideas suficientes para aventurarte al vacío y volar por un momento; entonces, descubres que es posible y que, entre más personas hay dispuestas a despegar, menores son las limitaciones y más las motivaciones...
La libertad es posible y deseable, la libertad está entre nosotros, pero no siempre la asumimos y frecuentemente, quienes nos consideran incapaces de diferenciarla del libertinaje, nos enseñan a eludirla...